Siete días en silencio en un monasterio tailandés – Dipabhāvan Meditation Center –
Me encontraba en una isla llamada Koh Tao en el golfo de Tailandia cuando conocí a un americano que había asistido a un retiro de silencio de siete días en un monasterio budista en una isla vecina llamada Koh Samui.
¡Un retiro de silencio en un monasterio budista en una isla paradisiaca!, el lugar sonaba maravilloso, la cuota era voluntaria como en los retiros de Goenka sin duda era algo que tenía que hacer en este viaje.
Solo había que mandar una solicitud en línea para el siguiente retiro, se realizaban dos por mes, uno en inglés y otro en tailandés, mande mi solicitud y me aceptaron de inmediato para el 20 de abril del 2018, faltaban 15 días para el mismo, así que me quede una semana más en Koh Tao y la siguiente en Koh Pangan en casa de un couchsurfer local.
El arribo



El 20 de abril llegué directamente al punto de reunión que era un hotel a lado de una playa paradisiaca, donde nos recibieron con una ligera comida, poco a poco nos fueron trasladando en una vagoneta al Dipabhāvan Meditation Center, un monasterio budista que se encuentra en las montañas de Koh Samui en medio de la selva
Ya arriba nos juntaron a todos y nos explicaron las reglas y rutina que íbamos a llevar por siete días, muy parecidas al retiro Vipassana que había realizado el año anterior en México (No hablar, no matar ningún ser vivo, no consumir alcohol o alguna droga, no robar, no tener ninguna conducta sexual).
Ese día escogimos nuestras tareas de limpieza diaria y yo escogí barrer y trapear la sala de meditación todos los días después de la comida, después nos asignaron nuestras camas, que eran simples cubículos separados por tablas y piso de bambú, un mosquitero y un pedazo de madera muy bien pulida como almohada en un cuarto común muy grande
No éramos muchos asistentes, el centro debió haber estado a un 50% de su capacidad real en esa ocasión, infle mi colchoneta y me instale en mi cubículo.



La rutina y los métodos eran diferentes a los retiros Vipassana, ya que aquí había una clase de yoga en la mañana, meditación en movimiento, es decir, durante ciertas horas practicabas una caminata consciente por el centro, caminar sin traer pensamientos a tu cabeza o al menos intentar no hacerlo, platicas en la tarde y cánticos. La técnica de meditación era diferente, simplemente era enfocarse en la respiración y después en un punto de luz en medio de tu cabeza.
7 días de silencio
De los hombres solo renuncio un chico que se notaba bastante inquieto y nervioso. Esta vez no tuve una crisis física o mental, mi mente oscilaba entre la paz y belleza que me brindaba el lugar y el aburrimiento y ganas de meterme a la playa que se veía a lo lejos.
Cerca de allí había un poblado musulmán y todas las tardes el llamado a la oración le daba un mayor aire místico e irreal al lugar a esto agréguenle el sonido incesante e hipnótico de los millones de insectos y animales de la selva, principalmente las enormes lagartijas que son típicas de esta región y que hacen un sonido muy peculiar.
Por las noches cientos de luciérnagas inundaban todo el lugar al grado que se metían a nuestras habitaciones, que mejor lugar para tratar de calmar tus demonios mentales.



La comida era deliciosa y antes de comer recitábamos un texto que nos ayudaba a estar mas presentes mientras comíamos:
“With wise reflection I eat this food. Not for play, not for intoxication, not for fattening, not for beautification. Only to maintain this body to stay alive and healthy to support the spiritual way of life. Thus, I let go of unpleasant feelings and do not stir up new ones. Thereby, the process of life goes on: blameless, at ease, and in peace.”
En las tardes en la merienda me preparaba un chocolate que disfrutaba bastante mientras veía a los monjes hacer sus prácticas en los edificios contiguos.
Como experiencia, el retiro de Dipabhavan fue algo hermoso en general, pero en cuestión de mí práctica de meditación y transformación personal, no hubo alguna sacudida como en los retiros Vipassana u alguna remoción fuerte de algún samskara, pero sí me surgieron muchas ideas sobre qué hacer y escribir en el futuro.
El último día al atardecer, descubrí un pequeño altar escondido con un buda blanco de tamaño natural, me senté a meditar un rato allí y surgieron algunas lágrimas, todo era perfecto, estaba en el lugar perfecto y había hecho lo correcto.
Esta es la pagina del Dipabhavan Meditation Center https://dipabhavan.weebly.com/