Terapias de Relajación y Meditación: Terapia Janzu
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De niño todos fantaseamos con volvernos astronautas y flotar en el espacio, liberarnos de esa fuerza que a todos nos ata y poder movernos libremente, como cuando nos encontrábamos en el vientre materno. El cual ha sido el momento más seguro y protegido del resto de nuestra existencia. Regresar a ese punto nos reinicia y tranquiliza, pocas son las experiencias que nos regresan a ese estado, la mayoría de ellas son experiencias estáticas como los saunas y temazcales o las terapias de flotación. Sin embargo existe una técnica que implica movimiento, calor y agua llamada Janzu.
Janzu se define de la siguiente manera:
Janzu es un masaje de relajación y meditación, consta de suaves y rítmicos movimientos dentro del agua, que en combinación con una sincronía en la respiración mejora la fluidez, unificándonos a través de nuestro elemento primario, el Agua.
La técnica se fundamenta en cuestiones básicas de poder entregarnos , abandonar el control, trabajar la confianza, permitirnos entrar en espacios de ingravidez y de calma para que así nuestra memoria corporal se reconecte con el feto que fuimos y regresar a los patrones de salud y bienestar.
En una sesión, la persona que va a recibir Janzu se introduce en el agua acompañada por un especialista. Su nariz queda tapada por un clip para evitar que el agua entre en ella , es sostenida como un bebé, cierra sus ojos y se entrega a la experiencia que el agua aporta en su cuerpo. Con los movimientos suaves y cíclicos que el terapeuta realiza, en una danza única , la persona se libera logrando soltar el control, tensiones y bloqueos.
Es una experiencia de renacimiento que le aportará bienestar a todos sus cuerpos, físico, emocional, mental y espiritual. Despertando la memoria antigua impresa en sus células, ya que somos seres que venimos en nuestro origen del agua.
Janzu es para todas las personas, particularmente ayuda a embarazadas, parapléjicos, post operados, acuafóbicos, deportistas, y para todas las personas deseosas de experimentar un viaje a través del agua
Fue en marzo de este año (2021) que finalmente pude asistir a un taller de cinco días organizado por el Janzu Colectivo de Agua dirigido por la maestra María Ornelas en La Gloria Tolantongo. El taller coincidía con mi cumpleaños número 41, fecha sumamente simbólica para experimentar un regreso al vientre materno en uno de los lugares más mágicos y poderosos del país.
No se equivocaron al ponerle nombre a este lugar, llegar a la Gloria no es sencillo, hay que bajar por un empinado camino de terracería, cuyas vistas quitan el aliento y allí en el fondo se encuentra uno de los lugares mas espectaculares que he conocido. Ninguna foto le hace justicia a la sensación de pararse en el corazón de la cañada y admirar la belleza y paz que uno encuentra allí (Entre semana porque los fines de semana el lugar se atiborra de visitantes).
La comunidad Janzu Colectivo de Agua es gente que ha dedicado su vida a trabajar, sanarse y sanar con el agua, rezuman amor a través de sus poros y esta me recibió con los brazos y corazones abierto. El primer día los principiantes íbamos a recibir una sesión de Janzu de los más avanzados en el corazón de la gruta principal. Para quien no conoce este lugar, la temperatura del agua ronda unos 34°C que sale de un agujero enorme de en medio de la enorme bóveda, es como un gran vientre natural.
Una de las cosas que trabajas en el Janzu es aprender a confiar en los otros. Vivimos llenos de miedos a lo largo de nuestras vidas y uno de ellos es el miedo al otro. Nos han lastimado tanto que dejarle el control de nuestra vida y movimientos a otra persona puede ser algo muy difícil para muchos. Otra de las cosas que uno trabaja es a aprender a soltar las tensiones del cuerpo de manera consciente. Estar flotando nos permite observar que partes de nuestro cuerpo viven permanentemente tensas. Todos tenemos una o varias partes que nuestro inconsciente mantiene rígida y que con el tiempo nos empiezan a causar dolor y lesiones crónicas.
Yo simplemente me entregue a la experiencia y confié en mi terapeuta, la experiencia era sublime, era como estar en gravedad cero, debo aclarar que no es necesario saber nadar o flotar para poder tomar una sesión. Pero requerirá varias sesiones para poder ir soltando ese miedo “natural” que el agua ejerce. Y a pesar de que yo me sentía como hojita de bambú fluyendo dentro del agua, empecé a sentir cansancio en mi cuello a los 15 minutos de estar allí adentro. ¿Cómo era posible? Si se supone que estoy flotando libremente en el agua. De alguna manera estaba tensando mi cuello, así que me enfoque más en soltar mi cuello y poco a poco se fue yendo el cansancio (algo similar me ocurrió cuando estuve en un flotario).
Aprender a soltar no solo es algo que se haga desde lo mental con ayuda de un psicólogo, sino también desde lo físico y lo emocional y el Janzu es una excelente herramienta psicocorporal para hacerlo. Esa noche antes de dormir me puse a meditar como habitualmente lo hago y al cerrar los ojos un cúmulo de sensaciones visuales me invadieron, fue como si hubiera ingerido algún psicodélico, veía figuras de pirámides y aves volando a su alrededor, esa noche y el resto de días que estuve allí fueron realmente mágicos y transformadores.
El Janzu ha reafirmado la conexión que tengo con el agua, me ha brindado una valiosa herramienta para ayudar a sanar a otras personas y a sanarme. Actualmente, doy terapias en mi casa en el Yautepec, Morelos, pero si se encuentran en algún otro lado, pueden contactar al Colectivo Janzu ya sea para aprender esta técnica o que los refiera a algún terapeuta que pueda ofrecerles sesiones que sin duda los ayudara a fluir más en la vida.
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